Rodofo Fogwill (la provocación como encomienda)
Por Brígido Almendárez* Si alguna vez en su literatura Fogwill dio un consejo práctico, uno con todo el sello de lo fogwilliano, ese bien podría ser este: “Toda la gente debería practicar algún deporte violento: teniendo el cuerpo tenso y fortalecido se está mejor de la cabeza, se respira y se duerme mejor”; consejo que